La de Gabriel Zaid es una de las obras más sólidas de la tradición poética mexicana. En su poesía converge pureza de estilo, claridad en su menaje, gusto por las formas métricas populares (la canción, el soneto, etcétera) y una inclinación por darle a la naturaleza (pájaros, árboles, el sol, la lluvia, el mar) un lugar protagónico. Entrar en su obra es ingresar en un pequeño jardín de nítida luz al mediodía. Su poesía es una claridad furiosa. Aunque el conjunto de su obra poética es breve, esta brevedad es un acierto de concisión y transparencia del lenguaje, en donde el silencio también tiene voz. El silencio, en más de una ocasión, dice lo que su palabra calla. Con esta selección de su poesía pretendemos acercar al mayor número de lectores a una de las figuras clave de nuestra lírica nacional. (Rogelio Guedea)