Susanne Agnes Smolinska, por supuesto misteriosa, irremediable y obstinada, nos muestra otra faceta de su quehacer profesional y artístico. Es una prestigiosa doctora, una talentosa cantante y una devota escritora. Hay quien por ser polifacético pierde algunos cielos; ella no, pues escalpelo, voz y escritura son parte de la misma alma inquieta y entusiasta, un mismo cielo de muchos anhelos y estrellas.
Los siete cuentos de este volumen, en apariencia tan distintos en sus tramas, poseen el mismo hilo conductor: el de la vida, que es breve, y por eso hay que detenerse y apurarse en disfrutarla. Es un carpe diem diáfano, aunque no exento de tormentas. Sus personajes ambicionan un lugar “donde la prisa no existía, donde el vino jamás faltaba y donde el amor sobraba”, pero donde la entrometida realidad se encarga de echar por tierra tales bondades y designios.
Mauricio Carrera