Al comienzo del segundo tercio del siglo XX, en Ohio, Estados Unidos, Alcohólicos Anónimos vio la luz; y numerosas personas, consideradas casos perdidos en el alcoholismo, comenzaron a hallar la solución gracias a un programa concebido y desarrollado por Bill Wilson y el Dr. Bob, sus fundadores, que incluye la meditación y la oración como prácticas necesarias para fortalecer su acción fraterna y la espiritualidad en sus integrantes.
Poco después del surgimiento de Alcohólicos Anónimos nacieron otras asociaciones inspiradas en los Doce Pasos, como Narcóticos Anónimos, Neuróticos Anónimos, Codependientes Anónimos, y ha sido sorprendente ver que son numerosos los adictos reformados quienes siguen la práctica de la meditación para dejar de estar sometidos a las emociones negativas que sólo podrían acercarlos al borde de la recaída.
Meditación para adictos pretende despertar el interés hacia la meditación y hacia la espiritualidad en aquellas personas que siguen un programa de recuperación de las adicciones, a través de la Medicina, o de algún otro tipo de terapia. Asimismo, es una guía para aquellos que, siendo víctimas de ciertas obsesiones, hacen esfuerzos por sí mismos para liberarse de ellas.
Y es que, como diría Abraham Lincoln: no se está obligado a ser feliz, pero sí a hacer lo mejor que se pueda para lograrlo.