Un torbellino de historias, entretejidas de personajes entrañables es lo que va dando vida a Todo lo hacemos en familia, una novela apasionada por el detalle y escrita con la paciencia de una tejedora de alfombras. La autora va construyendo ambientes prolijos, descritos, con una precisión contundente que absorbe al lector y lo ubica en una selva de objetos preciosos, con la acuciosidad de un relojero.