La vida moderna, con todas las posibilidades que nos ofrece, junto con la tecnología, que cada vez se encuentra más cercana a nosotros, debería de tener como resultado la era más satisfactoria de la humanidad; sin embargo, estamos muy lejos de las sociedades armónicas y, por el contrario, existe una necesidad insaciable de llenarnos. ¿Qué fue lo que pasó? Esta modernidad nos ha llevado a una desconexión total de nuestra esencia o espíritu.
La experiencia del Despertar nos sitúa en un momento de inflexión, donde, alcanzando el despertar de nuestra propia consciencia espiritual, será el punto de partida para la reinvención de la humanidad y, por consecuencia, la continuidad de la misma.
